La necesidad del recambio varietal en la industria frutícola

La fruticultura nacional está viviendo un gran dinamismo en cuanto a recambio y actualización varietal y los viveros han sido sin duda los protagonistas insertándose como usuarios en el mundo de la genética vegetal, responsables de la internación, evaluación e introducción comercial de prácticamente todas las novedades varietales y portainjertos extranjeros que la industria ha adoptado y que han permitido finalmente conseguir mayor competitividad del sector.

Para facilitar este recambio, hemos avanzado en la agilización del ingreso de nuevos materiales, tanto en la mejor gestión de las cuarentenas oficiales, como en el reconocimiento de centros de producción en el extranjero en trabajo conjunto con el Servicio Agrícola y Ganadero.

Gracias a este trabajo, a la fecha están representados en Chile la mayoría de los programas genéticos frutales desarrollados en el mundo. Muy valioso y en extremo necesario es también el esfuerzo de mejoramiento que han desarrollado con muy buenos y promisorios resultados diversos actores en Chile trabajando en forma colaborativa y coordinada para conseguir objetivos comunes que benefician y potencian nuestra industria frutícola con materiales mejor adaptados a las condiciones locales o requerimientos específicos como llegar con mejor condición a los mercados.

El recambio está marcado no sólo por la competitividad que impone a nuestro sector la irrupción de actores cada vez más relevantes en el contexto mundial de producción de fruta como Perú, también estamos obligados a estar en sintonía con la demanda y preferencias de los consumidores, que buscan alimentos con mejores cualidades organolépticas, de mayor aporte nutritivo, etc.

Por otra parte, está la necesidad de los fruticultores de contar con variedades de mayor productividad, fácil manejo, mejor postcosecha, calidad y mayores calibres, que inciden fuertemente en la rentabilidad y pueden hacer la diferencia entre seguir en el negocio o morir en el intento.

Numerosas nuevas variedades toman cada vez más protagonismo y desplazan a las producidas tradicionalmente en las distintas especies.

En vides de mesa contamos con experiencias y ensayos de investigación realizados por destacados expertos para validar las variedades que mejor adaptan a nuestras condiciones edafoclimáticas y requerimientos tanto productivos como comerciales. Básicamente lo que se espera de las nuevas variedades en Chile es alta productividad, variedades seedless, buenos calibres, buena calidad organoléptica, resistencia a partiduras y pudriciones, buena condición y vida de postcosecha, fácil manejo en campo, fácil maduración y toma de color, que se adapten a las preferencias de distintos mercados y que estén disponibles para cosecha en épocas de menor competencia en destino.

Según el Anuario Viveros 2016, el cual refleja la comercialización de plantas frutales y hortícolas en Chile, variedades emblemáticas como Red Globe que hasta 2014 seguía ocupando el primer lugar como la más vendida, comienza a bajar fuertemente para pasar en 2016 a la octava posición, con 4 nuevas variedades rojas seedless superándola.

En arándanos se requieren variedades de mayores calibres, mejores rendimientos y fruta más firme que pueda llegar con buena condición a destino, considerando que no sólo apuntamos a USA, donde esperamos aproximadamente 10 días de viaje, sino también a China y Corea con 30 y hasta 40 días.

En cuanto a frambuesa, se busca reemplazar a Heritage (variedad tradicional plantada en Chile), por variedades más productivas, remontantes, de fruta con calibres superiores y mejor condición poscosecha que Heritage.

En el caso de almendros interesa la posibilidad de incorporar nuevas áreas o zonas geográficas de producción que las variedades tradicionales no pueden abarcar por problemas climáticos (principalmente heladas o mal tiempo durante floración). Esto se está logrando con nuevas variedades de floración tardía y autofértiles.

En cerezos en tanto, se sigue trabajando para obtener variedades más tempranas o más tardías de modo de extender la oferta y desfasarse respecto de los picks de producción, que sean precoces, más productivas, firmes y buenas viajeras, de buenos calibres y dulzor, resistentes o tolerantes a la partidura por lluvias y de menor requerimientos de horas frío para sumar nuevas áreas de producción al cultivo.

En duraznos y nectarines, se ha estado trabajando arduamente y como objetivo principal en variedades que tengan una buena vida de postcosecha, seleccionando aquellas que puedan soportar bien más de 40 días de almacenaje. Se busca también altos calibres y productividad, mejores sabores, altos niveles de azúcar. Por otra parte, es importante que sean de fácil manejo en huerto (por ejemplo, que no requieran deshoje para tomar buen color), que la cosecha sea uniforme y se pueda concentrar en una sola pasada. Idealmente contar con variedades de pulpa blanca y amarilla con buenas características que puedan abarcar toda la temporada desde fines de noviembre hasta marzo. En nectarines se están desarrollando líneas de pulpa amarilla dulce pensando en los consumidores chinos.

En ciruelas también se busca larga vida de postcosecha, con buenos sabores, buena productividad y calibre. Principalmente se está trabajado con ciruelas de pulpa roja y amarilla, que a la vez sean de piel roja y negra, es decir 4 diferentes productos, que estén presentes toda la temporada.

En manzanas y peras en tanto, se está optando por variedades que se diferencien claramente de las tradicionales, que el mercado las pague bien y que se puedan usar con marcas registradas. En este sentido, en manzanas se están probando y han resultado exitosas algunas variedades de pulpa roja, de diferentes tonalidades de rojo, de tamaño pequeño que se comercializan en envases similares a los tubos de pelotas de tenis, manzanas más crujientes y con nuevos sabores. En peras se están probando híbridos entre europea y asiática de diferentes colores, otras tradicionales, pero con mucha mejor presentación.

Por su parte en avellanos, cultivo muy atractivo actualmente, los productores pueden acceder a nueva genética que logra mejores rendimientos y calidad de fruta a mejores precios que las variedades más tradicionales.

En kiwis también hay variedades interesantes, principalmente de pulpa amarilla. Se está trabajando además en la introducción y evaluación de nuevos materiales de Actinidia para renovar la oferta varietal e incrementar la productividad, mejorando así la competitividad del cultivo.

Es importante mencionar el trabajo realizado en portainjertos, que en nogales ha sido fundamental por la incorporación de resistencia o tolerancia a nematodos y a phytophthora y en general adaptación a suelos más pesados o a condiciones de asfixia, además de mayor productividad y homogeneidad (al ser propagados clonalmente). Esto ha permitido explorar nuevas zonas de producción, principalmente hacia el sur del país con esta especie. En carozos, básicamente se busca reemplazar al tradicional nemaguard mejorando adaptación a situaciones de replante, tolerancia a asfixia radicular y a sales, entre otros, lo que tras largos años de esfuerzo ha permitido que estén disponibles actualmente distintos portainjertos que superan en estos parámetros a nemaguard.

Fuente: Maritrini Lapuente, gerente general de Viveros de Chile AGV. Portalfruticola.com

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